jueves, 23 de abril de 2015

Costumbres funerarias en el cine y las series: Juego de Tronos I.

La serie Juego de Tronos, producida por la cadena estadounidense HBO, comenzó a emitirse en la primavera de 2011, y se encuentra actualmente inmersa en la quinta temporada. Especialmente célebre por su excelente producción, escenas de guerra y sexo, cuenta con diversos elementos de carácter funerario que resultan muy interesantes. La serie está basada en la serie de novelas denominada Canción de Hielo y Fuego, escritas por George R. R. Martin, un conjunto de libros de fantasía épica medieval y en ningún caso histórica. A pesar de que Westeros y sus personajes son producto de la imaginación de Martin, un autor nunca puede llegar a abstraerse de su substrato vital, y cuando los personajes de la saga mueren sus costumbres funerarias reflejan las nuestras.
Septo de Baelor, Desembarco del Rey. Velatorio de Tywin Lannister.

Los velatorios en Desembarco del Rey

Una de las primeras escenas de la serie nos muestra el velatorio de un cadáver: Jon Arryn, señor del Valle, yace sobre lo que parece su ataúd cubierto en el septo de Baelor, en la capital. A su alrededor un grupo de mujeres describen círculos alrededor del altar en algún tipo de costumbre funeraria. Se trata de las Hermanas Silenciosas, una orden religiosa vinculada a la Fe de los Siete responsable del cuidado de los muertos, y en especial, de la preparación de sus cadáveres. La vinculación de las mujeres con el cuidado de los cuerpos proviene de época antigua: en la Antigua Roma las mujeres de la casa eran las encargadas del lavado del cadáver y su preparación para los funerales. Paralelamente la tradición bíblica sugiere esa misma vinculación femenina con la preparación de los restos, en el Nuevo Testamento, las tres Marías acuden al sepulcro de Jesús con ungüentos y bálsamos para limpiarlo. A lo largo de la Edad Media, esa vinculación perduró, extendiéndose la labor de las mujeres como responsables de la fundación de aniversarios. 
Velatorio de Jon Arryn - Septo de Baelor, Desembarco del Rey. 
En las temporadas siguientes, se reproduce el mismo tipo de velatorio con los restos del rey Joffrey Baratheon y de Tywin Lannister. Este tipo de velatorio en que el ataúd aparece recubierto de paños ricos con representaciones heráldicas, todo ello rodeado por luminarias, es el mismo que encontramos en los costumarios y las ricas miniaturas bajomedievales.
John Lydgate, Funeral de Offa en Metrical lives of Saints Edmund and Fremund, in the presentation copy for Henry VI’, c. 1435 (British Library).

Uno de los elementos más impactantes de los tres velatorios es la utilización de piedras pintadas con representaciones de ojos abiertos sobre el rostro de los difuntos. Esta costumbre recuerda a la utilización de la llamada Moneda de Caronte, y que consistía, durante la Antigüedad, en la colocación de una moneda en el interior de la boca o bien dos sobre los ojos, que debía servir al muerto para pagar a Caronte, el barquero de la laguna Estigia, su viaje al otro lado de la misma. En la Edad Media esta costumbre pervivió, hallándose a menudo monedas en contextos funerarios. Según la legislación eclesiástica además, en ocasiones se trató de sustituir por el viático, que se introducía en la boca de los difuntos.

Velatorio de Joffrey Baratheon I.

Las criptas de Invernalia


En la primera temporada, cuando la familia real acude al Norte para convertir a Ned Stark en la Mano del Rey, una de las primeras cosas que hace el rey, Robert Baratheon, es acudir a las criptas de Invernalia. Localizadas bajo el castillo de los Stark, su carácter subterráneo recuerda a las catacumbas romanas, pero cuando enfocan las tumbas estas son efigies sedentes realizadas en piedra, ante las que la novela señala que se colocaban las espadas de los caballeros. Se trata de un tipo de tumba poco común, pero documentado en época medieval: así se describen los enterramientos de Carlomagno (m. 814) en Aachen y el Cid (m. 1101) en San Pedro de Cardeña, ambos desaparecidos. La colocación de las armas del caballero en torno a los sepulcros también fue una costumbre ampliamente extendida por el continente europeo durante la Edad Media, conservándose ejemplos como el sepulcro de Eduardo, el Príncipe Negro (m. 1376) en la catedral de Canterbury (actualmente los colocados sobre el sepulcro son réplicas, debido al estado de conservación de los originales, también custodiados en la catedral).

Tumba de Eduardo en la catedral de Canterbury, Inglaterra. 


La cremación en Aguasdulces

Aunque es nombrada en repetidas ocasiones, la ciudad natal de Catelyn Tully no apareció en la serie hasta la tercera temporada, con ocasión del funeral de Hoster Tully, señor de Aguasdulces. El cadáver con piedras en los ojos puesto que los Tully adoran a los nuevos dioses como en Desembarco del Rey, el cadáver aparece cubierto con la bandera en que se representa la trucha y los colores propios de los Tully. Además se acompaña al señor de su espada y un olifante a la cabecera. La cama de paja y la barca reciben una flecha de fuego que hunde los restos en el río. Este tipo de ceremonias de barco-entierro aparecen en diveras fuentes vikingas, así como en el poema sajón de Beowulf, el rey Scyld es cremado en un barco funerario rodeado de ofrendas de objetos preciosos. Se conocen ejemplos de espectaculares inhumaciones en barcos, como el conocido enterramiento de Sutton Hoo. 

Barco con enterramiento, Sutton Hoo. 

Para Saber Más:

BINSKI, Paul y ALEXANDER, Jonathan, Age of Chivalry. Art in Plantagenet England, London, 1987
CARVER, Martin y EVANS, Angela, Sutton Hoo: A seventh-century burial ground and its context, London, 2005.
ESPAÑOL BERTRÁN, Francesca, “Los indumentos del cuerpo a la espera del Juicio Final”, en YARZA LUACES, Joaquín (coord.), Vestiduras ricas. El monasterio de las Huelgas y su época (1170-1340), Madrid, 2005, pp. 73-88.
MOMBERT, Jacob Isidor, A History of Charles the Great (Charlemagne), New York, 1888
MORRIS, Ian, Death-ritual and social structure in classical Antiquity, Cambridge, 1992.PAXTON, Frederick S., Christianizing Death. The creation of a ritual process in Early Medieval Europe, New York, 1996.
TOYNBEE, J.M.C., Death and burial in the Roman World, London, 1996.

 

 

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